Los aires que circulan por su edificación cargan todo lo que está en el ambiente. Desde el polvo traído de los ambientes externos a través de la suela de los zapatos de ropa, etc, los gases tóxicos liberados en el proceso productivo e incluso el gas carbónico de nuestra respiración, todo está contenido en él.
Este aire, necesita ser renovado, para disipar toda esta carga térmica y química, la cual además de ser perjudicial para la salud, acelera el deterioro de los equipos y maquinarias de su empresa.
Los sistemas tradicionales de ventilación, en la mayoría de los casos, resuelven la situación. Compuestos por ventiladores eléctricos de gran tamaño, crean flujo de aire dentro de la edificación expulsando el aire impropio y trayendo aire externo hacia el interior por medio de la convección y diferencias de zonas de presión en el ambiente.
Sin embargo, estos sistemas también llevan consigo situaciones no deseadas, como: exceso de ruido, mantenimiento costoso y gastos energéticos considerables. Sin contar que en cualquier caso de mantenimiento, el sistema se detiene y la ventilación se interrumpe. Si entra en el campo del acondicionamiento de aire, los valores se vuelven prohibitivos en un escenario en el que tenemos que eliminar costos para mantener las actividades plenas.
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En este sentido, la ventilación natural en el ambiente interno de las edificaciones es un punto clave a considerar para un buen equilibrio y confort térmico, así como garantizar la renovación del aire del medio ambiente sin coste alguno. El aire circula durante el día, garantizando equilibrio térmico y, durante la noche, es renovado a través del fenómeno de convección.